Vacunas
Entendemos que algunas personas pueden sentirse preocupadas acerca de vacunarse, ahora que las vacunas contra el COVID-19 están disponibles en los Estados Unidos. Este formulario es para ayudarle hacer su decisión.
COVID-19 es la enfermedad causada por el virus SARS-CoV-2. El virus se transmite por medio del contacto entre personas y sus síntomas más comunes son: fiebre, tos, dolor de cabeza, fatiga, dolor muscular o en el cuerpo, pérdida del gusto o el olfato, dolor de garganta, náusea y diarrea. Puede que escuche que se usan los términos “coronavirus” y “COVID-19” indistintamente.
¿Qué debo que hacer?
Para protegerse, siga estas recomendaciones:
- Use una mascarilla que le cubra la nariz y la boca
- Manténgase al menos a 6 pies de distancia de las demás personas
- Evite las multitudes
- Evite los espacios con poca ventilación
- Lávese las manos frecuentemente
Sí. Debido a los riesgos graves para la salud asociados al COVID-19 y al hecho de que es posible la reinfección por COVID-19, debe vacunarse más allá de que haya tenido o no la infección por COVID-19. Si recibió tratamiento por síntomas del COVID-19 con anticuerpos monoclonales o plasma de convaleciente, debe esperar 90 días para darse la vacuna contra el COVID-19. Hable con su médico si no sabe con certeza qué tratamientos recibió, o si tiene más preguntas acerca de vacunarse contra el COVID-19.
Todavía los expertos no saben cuánto tiempo dura la protección de una persona una vez que se recupera del COVID-19. La inmunidad que una persona desarrolla después de una infección, llamada "inmunidad natural", varía según cada persona. Es poco frecuente que una persona que tuvo COVID-19 se vuelva a infectar. También es poco frecuente que las personas que sí se vuelven a infectar por COVID-19 lo hagan dentro de los 90 días de su recuperación de la primera infección. No sabremos cuánto dura la inmunidad generada a través de la vacunación hasta que tengamos más datos sobre cuán bien funcionan las vacunas.
Tanto la inmunidad natural como la inducida por las vacunas son aspectos importantes del COVID-19 que los expertos siguen estudiando, y los CDC mantendrán informado al público a medida que haya más evidencia disponible.
No. Ninguna de las vacunas contra el COVID-19 autorizadas y recomendadas ni las vacunas contra el COVID-19 que actualmente se están desarrollando en los Estados Unidos contiene el virus vivo que causa el COVID-19. Esto significa que las vacunas contra el COVID-19 no pueden hacer que se enferme de COVID-19.
Sí. Las vacunas contra el COVID-19 le enseñan a su sistema inmunitario cómo reconocer y combatir el virus que causa el COVID-19, y esto lo protege de contraer el COVID-19.
Sí. Las personas que desean quedar embarazadas a futuro pueden vacunarse contra el COVID-19. Con base en lo que se conoce hasta el momento, los expertos consideran que es poco probable que las vacunas contra el COVID-19 representen un riesgo para una persona que está tratando de quedar embarazada a corto o largo plazo.
Todas las vacunas que se utilizan en la actualidad contra el COVID-19 han atravesado estudios rigurosos para garantizar que sean lo más seguras posible. Los CDC han implementado sistemas en todo el país que les permiten monitorear la aparición de cualquier problema de seguridad.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE. UU. (FDA) otorgó una Autorización para Uso de Emergencia de las vacunas contra el COVID-19 con datos de sus fabricantes y resultados de ensayos clínicos a gran escala que permitieron establecer que reúnen los rigurosos criterios de seguridad y efectividad. Los ensayos clínicos de todas las vacunas deben demostrar que cumplen con criterios rigurosos de seguridad y efectividad antes que cualquier vacuna, incluidas las vacunas contra el COVID-19, pueda ser autorizada o aprobada para su uso. Los beneficios conocidos y posibles de una vacuna contra el COVID-19 deben superar los riesgos conocidos y posibles de la vacuna.
La ciencia del ARNm está bien establecida. La investigación de la vacuna de la COVID-19 estuvo bien fundamentada y se aceleró la parte administrativa. Cada vacuna pasó por 3 fases de prueba, las pruebas de la vacuna de Moderna incluyeron a 30,418 personas y las de Pfizer incluyeron 40,277 personas, incluyendo personas de diferentes razas, etnias, edades, sexo y condiciones médicas de alto riesgo (como el VIH, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, asmas, enfermedades cardiacas y diabetes). Ambas vacunas pasaron por el mismo proceso estándar por el que otras vacunas se ponen a prueba. Las vacunas cuentan con una autorización de uso de emergencia de la FDA, lo que indica que las pusieron a prueba y las consideran seguras según la mejor información disponible. Los resultados de las pruebas se publicaron en una de las revistas científicas más prestigiosas, The New England Journal of Medicine.
Los estadounidenses recibirán las dosis de vacunas compradas con el dinero de los contribuyentes estadounidenses sin costo. Sin embargo, los proveedores de servicios de vacunación podrán cobrar un cargo por administración de la vacuna. Las compañías aseguradoras de salud públicas o privadas de los pacientes podrán reembolsar este cargo a los proveedores de servicios de vacunación o, en el caso de los pacientes sin seguro médico, los reembolsos se instrumentarán a través del Fondo de Alivio para Proveedores del la Administración de Recursos y Servicios de Salud. La vacuna no se le puede negar a nadie, incluso si no está en condiciones de pagar el cargo por aplicación.
Una Autorización de Uso de Emergencia (EUA, por sus siglas en inglés), es un mecanismo para facilitar la disponibilidad y el uso de contramedidas médicas, incluidas las vacunas, durante las emergencias de salud pública, como la actual pandemia causada por el COVID-19. En virtud de una EUA, la FDA puede permitir el uso de productos médicos no aprobados, o los usos no aprobados de productos médicos aprobados en una emergencia para diagnosticar, tratar o prevenir enfermedades o afecciones graves o que pongan en peligro la vida, cuando se hayan cumplido ciertos criterios regulatorios, entre ellos que no existan alternativas adecuadas, aprobadas y disponibles. Teniendo en cuenta los aportes de la FDA, los fabricantes deciden si y cuándo presentar una solicitud de EUA a la FDA.
Una vez presentada, la FDA evaluará la solicitud de EUA y determinará si cumple con los criterios regulatorios pertinentes, tomando en consideración la totalidad de la evidencia científica sobre la vacuna de que dispone la FDA.
La vacuna de la COVID-19 no contiene el coronavirus vivo (ni ningún otro virus), microchips, tecnología de rastreo, tejido fetal, ADN, células madre, mercurio, aluminio, luciferasa, productos derivados del cerdo o preservativos.
Ninguna de las dos vacunas contra el COVID-19 disponibles en la actualidad en los Estados Unidos contiene huevo, conservantes o látex. Si desea conocer el listado completo de ingredientes, consulte la hoja informativa de cada vacuna para candidatos y cuidadores:
- La vacuna contra el COVID-19 de Pfzer-BioNTech
- La vacuna contra el COVID-19 de Moderna
Las vacunas contra el COVID-19 autorizadas en la actualidad en los Estados Unidos requieren 2 dosis para que la protección sea máxima:
- Pfzer-BioNTech: las dosis se deben aplicar con un intervalo de 3 semanas (21 días)
- Moderna: las dosis se deben aplicar con un intervalo de 1 mes (28 días)
Debe darse la segunda dosis lo más cerca posible del intervalo recomendado de 3 semanas o 1 mes.Sin embargo, no existe un intervalo máximo entre la primera y la segunda dosis de ninguna de las dos vacunas. No debe darse la segunda dosis antes del intervalo recomendado.
¿Qué puede pasar después de recibir la vacuna?
No. Ni las vacunas recientemente autorizadas y recomendadas ni ninguna otra vacuna contra el COVID-19 que actualmente forme parte de los ensayos clínicos en los Estados Unidos provocan que dé positivo en las pruebas virales, las cuales se utilizan para ver si tiene una infección actual.
La vacunación contra el COVID-19 ayudará a protegerlo de contraer el COVID-19. Es posible que experimente efectos secundarios, los cuales son signos normales de que su organismo está generando protección. Estos efectos secundarios pueden afectar su capacidad de realizar sus actividades diarias, pero deberían desaparecer al cabo de pocos días.
En el brazo donde recibió la vacuna inyectable:
- Dolor
- Hinchazón
En el resto del cuerpo:
- Fiebre
- Escalofríos
- Cansancio
- Dolor de cabeza
Sí. No hay suficiente información disponible por el momento para saber si los CDC dejarán de recomendar el uso de mascarillas y evitar tener contacto cercano con otras personas para ayudar a prevenir la propagación del virus que causa el COVID-19 y, de hacerlo, cuándo.
Los expertos deben saber más acerca de la protección que proporcionan las vacunas contra el COVID-19 en condiciones del mundo real para poder tomar esa decisión. Otros factores, incluidos cuántas personas se vacunaron y cómo el virus se propaga en las comunidades, también incidirán en esta decisión. Además, todavía no sabemos si vacunarse contra el COVID-19 evitará que transmita el virus que causa el COVID-19 a otras personas, incluso si usted no se enferma. Los CDC seguirán actualizando esta página en la medida que tengamos más información.
Mientras los expertos siguen estudiando la protección que aportan las vacunas contra el COVID-19 en condiciones del mundo real, es importante que todas las personas sigan usando todas las herramientas disponibles para ayudar a detener la pandemia.
Fuentes de información
CDC
FDA
Deeper than Water